Y el pánico escénico resguarda silencioso en algunas vertientes
Apenas llega el día sucumben mis adentros en susurros dispersos mordiendo el viento alimento o conducto para llegar al cerebro y del cerebro al estómago en cuestión de nano segundos.
A veces, ansiedad.
A veces, anónima melancolía.
Me convierto en marciano, no sé ni cómo me llamo. Sólo fluyo con algún circuito de viento, en el fuego, en el Sol, en las pupilas o en el son. Observando, resonando, emitiendo, amando profundamente. Porque ¿cómo si no?
Adentro, al centro de mi centro con toda la determinación del jaguar, la astucia y transformación de la serpiente y la sutileza del cóndor para volar. Espirales hablan mirada de frente. Belleza Geometría Sagrada. Tántrica y Enigmática.
En tu estrella deposito una semilla de energía pura de entrega y pasión; visión, misión. Premeditada y veloz. Y divina.
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